viernes, 15 de febrero de 2013

DES CONCIERTO DE LOS ADUEÑADOS



Necesitamos cultivar la esencia última que animó a la grandiosidad de la naturaleza a que existiéramos. El interior del estado que oprime la gran corteza que la mentira cobija.
No es un parecer, no existimos en estado puro. La piel que nos rodea enferma, y se convierte poco a poco en una dureza inexplorada.
No hay explicación que justifique lo podrido, el gusano que corroe el elixir de las grandes aspiraciones.
No hay metralla que fundamente el arranque a la opresión del que suplica la venganza.
No hay Reyes que clausuren su reinado. No hay un colorín, colorado.
Es oscuro, es perpetuo y daña el tímpano de los desesperados.
Sordera de des concierto que no escucha música para la resistencia.
No hay olor a pan recién hecho. Todo está cubierto de trampa. Refugios de sonoras alarmas, que incumplen la promesa prometida.
Des concierto de sirenas sin habla, sin clamor, sin palabras.
No se escucha el llanto del desposeído. No hay nada que reste por despojar.  Ya no hay moradas, ni alimentos, ni catres, ni nada, sólo se vaga por desiertos de desesperación y abandono.
Alguien acuñó el guiño del destierro, que no ama a nadie más que al que a su lado respalda la gracia y la bondad del que no se rinde y lucha aunque sea desde la irónica mudanza.
Des concierto de des orden, del gentío, de los clamores y de las gentes que no pierden nada, ya carecen de todo. No hay aire que inhalar, la atmósfera está cargada de absurdos deseos de mejorar la brisa fétida de  esta historia.
Febril des concierto de música de trompetas acobardadas por tanto abucheo. Encarnadas las manos de los que con sus fundamentos aun pueden alcanzar los críticos estados de los desahuciados.
¿Acapararemos la absoluta verdad del que espera ante el castigo del más canalla?.
¿Abriremos ventanas y renovaremos el clima que nos rodea y que acallará el dolor de flato de los que sufren?.
Habrá concierto si todos juntos buscamos la consecución de la melodía de la corriente, el viento silbará cuando la verdadera justicia arranque los pellejos descompuestos de los que no aman al ser humano.
Conciertos de voces al unísono de los no cobardes conseguirán acallar la malsonante ofensa de los que nos ofenden, y nos librarán del mal.

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