jueves, 31 de enero de 2013

NADEN LOS QUE SEPAN


Si algún día mi sendero se hiciera realidad. Si algún día la magia de mis pensamientos acabara y me viese obligada a acallarlos llevándolos a cabo. Si algún día la rutina del devenir de los días se revelara y amenazara accionando mis propósitos.
Si algún día alguien escuchara el rumiar de mis sueños en las ondas de los cerebros y encarcelase a los cobardes. Si algún día no hubiera otro día para dar rienda suelta al mañana. Si ese, el día llegará y no quedara otro para seguir excusándose.
Ahora si nos percataríamos. Que naden los que sepan. Que se ahoguen los cobardes. Que la soga ate el cuello de los que , dando rienda suelta a sus poderes, cosieron mis palabras.
No hay ecos en las llanuras, pero si en las cumbres más altas. Que me busquen en las cimas que para mí ya no habrá cerco que me ate.
La noche se volverá cálida y enfilará la mañana. Mis pasos pisarán firmes y cobijarán todo aquello que en su andadura callaban. Duelo de callejones ajenos a mi progreso que,  sin dirección ni techo,  vetaron todos mis sueños.
El  agua del estanque bautizará mis acicaladas intenciones de prosperidad y gana. Mis pies, esta vez firmes y fuertes,  descansan para contemplar la distancia.
Ahora que naden los que sepan. Que se ahogue el dócil, que yo  cruzaré los ríos más peligrosos.
Ahora, ya se nadar y ya se hasta escalar montañas. Que me inclino hacia el futuro con la cabeza bien alta. Que yo ya aprendí a nadar, que bucee muchas oscuridades, que batí muchas veces las manos, sin encontrar la hermosa playa.
Que el zumbido de las olas aun resuenan en mi almohada y quieren tragarse sin escrúpulo pedacitos de mi alma. Que yo, ya  sé nadar y ascender altas montañas y navegar las corrientes y volar las colinas más altas.
Que el eco de mi seno es ahora mi mayor arma. Que las cuerdas que yo uso son para mí escalada. Que no hay sogas que me sometan ni valles que me aletargan.
Ahora ya sé nadar y ya se hasta escalar montañas. Que me inclino hacia el futuro con la cabeza bien alta.

Nada, nada conmigo que la mar pronto estará en calma.
Te esperaré en la isla.

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