sábado, 26 de enero de 2013

De mayor ¡Quiero compartir la luna! ¿Cómo se llama esa profesión?


-image.pngPara llegar a la luna es indispensable subir, como los cohetes, si, esos que explotan en el cielo e iluminan todos nuestros sueños. 
Marta dice que cada vez que un petardo se hace luz en el cielo, ella pide un deseo, para que estos le lleven el mensaje a la luna, que es la que manda.
Ayer, me preguntó:
- mama, ¿donde está la luna?, ¿está en todas partes?,
- y ella misma se respondió: Marta, está aquí con nosotros, con los que viven en otros continentes, y con Miguel que la va a fotografiar para mostrarnos que también está donde él está.  Él también sueña, y seguro que es capaz de plegarla para mandárnosla y que le contemos cosas. 
- mamá, yo no creo que la luna esté en todas partes. Creo que todo el mundo no puede ver la luna.
Para ver la luna hay que buscarla, hay que saber si está por el norte o por el sur, este u oeste, hay que querer buscarla, hay que tener ganas de verla, hay que soñarla, y creer en ella.
- mamá, nosotros no vemos a la luna, es la luna la que nos ve a nosotros, y, solo. aquellos que queremos verla,tenemos la suerte de hacerlo.
- ¿Sabes mamá?, hay gente que no mira al cielo, y aunque tenga la luna delante de sus narices, nunca la verá. A veces la luna se pone gorda, está contenta, está llena de sueños, y entonces se acerca para conseguir que las personas se fijen en ella. Pero cuando se da cuenta de que la gente no cree en sus sueños, que la gente no mira el cielo, que las personas tienen miedo de sus sueños, que buscan la luz del día y se refugian en el sol, que es mentiroso y se cuela por todas partes,  entonces se aleja y dejamos poco a poco de verla. Entonces va a buscar a gentes que crean en ella.
- mamá, yo he visto por la tele la luna en África.Hay muchos niños y, creo que. juega con ellos para que no estén tristes. Allí en África los mayores no creen en ella. Pero la luna no es rencorosa y se hace muy redonda y se vuelve muy juguetona, cuida de sus hijos, ella no cree que sus papás tengan la culpa de haber perdido la esperanza. Ella una vez también veló sus sueños.
- Mamá, el miedo le cuenta a los niños que deben esperar el día y que el sol los protegerá. Pero los niños, que no son tontos, siempre buscan a la luna  y dejan de tener miedo.

—¿Y dónde se habrá metido el miedo? — seguro que en aquellos que no sueñan.
El miedo no lo sabe, pero no todos vamos con la cabeza agachada.
—Y además, mamá ¿ cómo podremos dormirnos si la luna no viene a cantar sus nanas?
- Yo sigo buscando cohetes que lleven mis deseos a la luna, para mí y para todos a los que quiero, y a los que me quieren. 
- Por favor, no se debería dejar de hacer fuegos artificiales. Es posible que  a los mayores que están muy despistados, a los egoístas y poco ilusionados, es posible que les llame la atención el ruido y entonces, quizás, si la luna está cerca, igual, la vean.
- Así, seguro, mamá, que la luna dejará de estar pálida y tendrá el color de la luna de África.
- También me han dicho que tampoco es pálida en Japón o en china o no se que países donde hay muchos fuegos artificiales.  Seguro que allí aún miran al cielo y creen que la luna vela por ellos.
-¡ mamá, por favor, cuéntale tus sueños a la luna,que te quiero mucho!.
- mamá yo le pido a la luna que susurre al oído de la gente buena  que te cuiden. Tú cuidas tanto de los demás y les pido que con un cable te hagan un bonito collar con  todas la estrella y pongan la luna de medallón.
 _mamá yo quiero compartir la luna, eso es lo que quiero ser de mayor. ¿Cómo se llamará esa profesión?
_mamá la luna me recuerda tanto a ti.
Marta Linares y mamá que os la manda.

Espero que la disfrutes, la luna lo ha hecho y ayer no cabía en su camisón.
Un beso.
Todo esto me lo contó Marta para que lo escribiese, el 18 de Junio de 2011. Entonces tenía 7 añitos.

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